viernes, 7 de marzo de 2014

ANTECEDENTES HISTORICOS DE LA COMPUTACION

Todo empezó en 1955, año en que el Ing. Sergio Beltrán López  le propone al Dr. Nabor Carrillo Flores, la instalación de una computadora en nuestra máxima casa de estudios. Esto generó opiniones encontradas dentro de la UNAM. Varios investigadores se oponían a esto, debido a que lo consideraban un lujo innecesario. Al parecer, el Ing. Beltrán se interesó en las computadoras a raíz de un proyecto de colaboración entre la UNAM y la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). El grupo mexicano tenía que resolver sistemas de ecuaciones simultáneas tan complejos, que les tomó 9 meses hacerlo. Cuando enviaron sus resultados a UCLA, su contraparte norteamericana verificó los resultados en menos de 3 semanas.  Esto dejó atónito al grupo mexicano, pues según sus estimaciones, se requeriría aproximadamente la mitad de la población de Estados Unidos para poder realizar esos cálculos en tan corto tiempo  Al preguntarle sobre este asunto al director del proyecto en UCLA, su respuesta fue que los cálculos los habían efectuado con el Cerebro Electrónico Nacional. El Ing. Beltrán pensó que se trataba de una broma y movido por la curiosidad, viajó a UCLA. Ahí descubrió que el Cerebro Electrónico Nacional era una computadora IBM-650. Obviamente, no le tomó mucho tiempo al Ing. Beltrán darse cuenta del potencial de tal máquina e instó rápidamente al Dr. Nabor Carrillo Flores a instalar una computadora similar en la UNAM. Se cree que el Dr. Carrillo Flores acabó apoyando la propuesta debido a que él mismo había estado involucrado en el citado proyecto con Estados Unidos. Sin embargo, debido a las limitantes presupuestales de la UNAM, el rector le dijo al Ing. Beltrán que se rentaría una computadora, pero que ésta debía volverse auto-financiable en 12 meses. De no hacerlo, el proyecto se cancelaría. Ultimados los detalles con la IBM, se firmó un contrato para rentar una IBM-650 por un monto de $25,000 pesos mensuales. Cabe destacar que el plan original del Ing. Beltrán era rentar una IBM-704, pero a pesar del descuento del 60% que les ofreció IBM, no les alcanzó el dinero, y por ello se tuvieron que conformar con una IBM-650 que, además, no era nueva, sino que había sido heredada de la Universidad de California en Los Ángeles.

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